Supongo que algunos de los ratoncitos ya os lo habrán contado: ayer comimos aguacate y guacamole, igual que los aztecas. Aprendimos que el aguacate tiene una cáscara rugosa de color verde oscuro y dentro de él hay un hueso redondo que los ratoncitos quieren plantar en algún lugar del patio para que crezca un árbol.
Olimos y probamos la fruta y las opiniones fueron muy diversas, a algunos les gustó, a otros no y hay quien dijo que le sabía a manzana.
Después llegó el momento de probar la salsa guacamole. Primero leímos en la etiqueta del bote los ingredientes que lleva además del aguacate: pimiento, ajo, cebolla, tomate... Como la profe ya había advertido que era picante, sólo mojamos la puntita de la patata para probarla. Algunos ratoncitos dijeron que sabía muy fuerte, sin embrago, otros incluso quiseron repetir, pero todos estaban contentos de haber comido como los aztecas por un ratito.
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